Hay un video pre-navideño que está
causando furor en las redes sociales, y no me refiero al del niño discapacitado
cantando una canción de Rosario que es absolutamente impresionante. Es otro. El
anuncio de Ikea.
Consiste en
decir a diez niños que escriban su carta a los Reyes Magos. Los niños,
que normalmente son desobedientes por naturaleza, en cuanto oyen las palabras
“reyes magos” obedecen sin rechistar y se sientan y hacen sus particulares
peticiones. Luego, a esos mismos niños, se les pide que escriban una carta a
sus padres.
Mientras en la
primera carta, cada uno escoge una cosa diferente, en la segunda, todos
coinciden. Piden a sus padres que pasen más tiempo con ellos. Luego salen los padres lloricosos como
si hubieran hecho algo horrible por no estar más tiempo con sus hijos. Es muy
enternecedor y muy propio de estas
fechas que se aproximan. A la gente le ha gustado mucho porque ha sido
compartido en las redes sociales infinidad de veces.
A mi no me convence demasiado. Es cierto que hay que pasar tiempo con los niños, jugar con ellos, bañarles, darles la cena etc, pero los que no pueden hacer eso todas las veces que les gustaría, no deben sentirse culpables.
Se hace lo que se
puede y se hace lo mejor que se puede. Los fines de semana los parques están
llenos de niños con sus padres; durante las vacaciones se hacen planes con
ellos, se ven las luces de navidad, se cocina algún postre con ellos, y se saca
tiempo de donde no lo hay para que ellos estén contentos.
Los niños no pueden esclavizar a los padres ni hacerles sentir mal. Pasamos mucho tiempo organizándoles planes, llevándoles de un sitio a otro y siempre van a pedir más. Ellos son niños; pero nosotros no somos monitores de tiempo libre.
Me sigo quedando con
el anuncio de El Almendro.